Las redes de polietileno se consideran un 100 % impermeables. Una experiencia de más de 40 años en el sector de la distribución del gas lo confirma. No obstante, en el sector del agua, el uso de acoplamientos mecánicos en las redes de polietileno puede generar riesgos de fuga. ¿De qué modo se pueden detectar estas fugas?
Existen varias técnicas que permiten buscar las fugas en una red. Aquí nos centraremos en la correlación acústica.
Principio:
Una fuga en una red genera una onda acústica que se propaga a una velocidad específica y constante en el material del conducto.
La amplitud de la onda acústica se atenúa al propagarse, hasta que deja de distinguirse del ruido de fondo.
La correlación consiste en colocar 2 sensores en los puntos de acceso de la red (si es posible en ambos extremos de la fuga) y buscar similitudes entre los ruidos que se registran.
Cuando se identifica un ruido de fuga, es posible calcular su posición, si se conocen los siguientes datos:
– la distancia entre los dos sensores,
– la velocidad de propagación del ruido en el material o en el agua,
– el desfase temporal en el registro por parte de los 2 sensores del ruido generado por la fuga (el sensor más alejado de la fuga lo percibe atenuado y retrasado).
Implementación:
La correlación acústica se practica con ayuda de:
– sensores móviles, cuando se ha localizado previamente una fuga en un tramo,
– sensores en lugares fijos, que se instalan para realizar una supervisión diaria de la red.
La elección del sensor (acelerómetro o hidrófono) se realiza principalmente en función de:
– el material de los conductos de la red (para los materiales plásticos se prefiere el hidrófono).
– trampillones o soportes lo suficientemente cerca para instalar los sensores a fin de realizar la correlación.
La detección de los sensores se puede hacer por radioenlace, GSM, wifi o por cable.
La medición se realiza cuando el nivel sonoro ambiental y los consumos en la red son los más bajos posible, para evitar errores de correlación.
Esta operación debe prepararse con ayuda de un plano detallado de la red en el que figuren los equipos (válvulas y soportes sobre los que se podrán colocar los sensores) y los materiales de los conductos.
La correlación requiere tener un buen conocimiento del método, para poder hacer un ajuste fino del correlador (bandas de frecuencias, velocidad de propagación del sonido, distancia entre sensores, medio de propagación). Para una buena eficacia, es importante conocer bien los parámetros de la correlación (distancia entre los sensores, material, etc.) y tener una buena sincronización temporal entre los 2 sensores (inferior a un milisegundo).
Fuente: Astee