Los problemas medioambientales son hoy, más que ayer, una palanca para reflexionar y construir de forma inteligente.
La preservación del medio ambiente y del patrimonio se ha convertido desde hace varios años en un desafío mundial, sinónimo de responsabilidad de cara a las generaciones futuras. ¿Queremos dejar este mundo a nuestros hijos y nietos?
Por eso, debemos pensar de manera diferente y encontrar alternativas a las diferentes fuentes de energía que todos necesitamos. Desde hace más de una década, hemos constatado que el aumento de las energías renovables ha contribuido a una disminución estructural de las emisiones de CO2.
En 2016, las emisiones de CO2 de la producción de electricidad y calor disminuyeron un 21,9 % en comparación con 1990.
La Universidad de Aalborg de Dinamarca y la Universidad de Halmstad de Suecia presentan el desarrollo de estas redes hacia una cuarta generación de calefacción urbana, demostrando el importante potencial de distribuir una energía a «baja temperatura» para la integración de energías renovables y del exceso de calor.
Hablamos de una solución verdaderamente sostenible, controlando la temperatura máxima de distribución en torno a los 70 °C.
De hecho, los calentadores necesitan 55 °C como máximo, mientras que los suelos radiantes solo 35 °C.
La fabricación del tubo PER-a requiere hoy menos energías para su producción, en comparación con una tubería de acero.
Por tanto, su huella de carbono es ventajosa.
La espuma de polietileno reticulado tiene una conductividad térmica (lambda) constante en el tiempo, lo que permite permanecer lo más cerca posible de la evolución térmica del edificio en función de su explotación. Este no es el caso de los otros materiales de tipo poliuretano. No obstante, el poliuretano tiene la mejor conductividad térmica (lambda) a la «salida de fábrica», lo que hace que se elija con más frecuencia si no se tiene un enfoque de «Explotación y mantenimiento» del proyecto.
Las canalizaciones compuestas por un tubo caloportador de PER-a, una espuma de polietileno reticulado y un revestimiento de PEHD siguen siendo más ventajosas en términos financieros, de logística, de instalación y de hiperflexibilidad.
Beneficios acordes con la orientación de diseño de los proyectos del mañana y la 4DH (cuarta generación de calefacción urbana) desarrollada por las universidades mencionadas anteriormente.
En las zonas urbanas, se ven como la única forma de movilizar masivamente energías como la biomasa, la geotermia o el calor recuperado de los residuos.
Estas directrices nacionales forman parte de un marco europeo que también es favorable al fortalecimiento de la movilización de las redes de calor eficientes por parte de los distintos Estados miembros.
En 2013, el debate nacional sobre la transición energética confirmó este importante papel de las redes de calefacción y refrigeración, una herramienta disponible para las colectividades para fortalecer la independencia energética local, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero de los territorios y aumentar la participación de las energías renovables y de recuperación.
Hablamos entonces de la Generación 4G de las redes de calor.
Los 3 datos a recordar son:
En el próximo episodio: 5/5 – Las redes de calor – Eficiencia energética
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