Los TPC y tubos corrugados están diseñados para proteger las conexiones eléctricas y las redes, permitir el paso de cables, etc. Su forma corrugada ha permitido reducir el uso de materiales para lograr una protección mecánica reforzada.
La gestión de calidad de estos productos se basa en la marca NF, a partir de la norma 50086-2-4. Es una gestión voluntaria de los fabricantes de plásticos industriales, que permite al cliente obtener una garantía y una perdurabilidad de las inversiones que realiza en sus redes. Esta marca de calidad recibe auditorías regulares en las empresas. Además, se toman muestras en los comercios para garantizar el cumplimiento de la normativa.
Recordemos que estos conductos van enterrados y que, por lo tanto, conviene respetar estrictamente las reglas de calidad para evitar cualquier desorden.
La siguiente es una síntesis de las pruebas realizadas regularmente por los adherentes a la marca NF. En producción, se realizan controles visuales y dimensionales en cada lote. Se efectúan verificaciones del diámetro exterior, el espesor y el aspecto (corrugado integrado, capa interior lisa, sin partes despegadas, color del tubo TPC, etc.). A continuación, se llevan a cabo pruebas de laboratorio.
Prueba de resistencia al aplastamiento
Esta prueba se realiza para medir la deformación del diámetro interno según la fuerza ejercida. Se simula el aplastamiento de un tubo bajo el peso del relleno y la compactación, para verificar que el conducto no se haya deformado demasiado, ya que esto podría impedir el paso de cables y tubos.
Estas pruebas se realizan con un dinamómetro montado con placas de acero, en posición de «compresión». Se controlan tres probetas por lote a 23 °C (±2 °C). La muestra se coloca en el dispositivo de prueba entre las dos placas (dinamómetro). Se aplica una presión (fuerza en N) sobre el producto y la deformación del diámetro interior no debe exceder el 5 % del diámetro interior.
Pruebas de impacto
El objetivo de esta prueba es verificar la resistencia del producto ante un impacto. Aquí se simula la caída de un objeto (herramienta) sobre el conducto, o una descarga sin precaución, y se verifica que el tubo no se haya dañado. Es una especie de «crash test» aplicado a un TPC.
Doce probetas de 200 mm de largo (± 5 mm) se mantienen durante al menos 2 horas a una temperatura de – 5 °C. La zona de impacto se identifica previamente en cada probeta, para solicitar todas las generatrices del tubo.
Las pruebas de impacto se realizan con un aparato previsto para este fin. La regulación de la altura de caída de un martillo se realiza en función del producto probado. El martillo se deja caer una vez sobre cada muestra. Después de la prueba, se dejan las probetas 4 horas en reposo, porque los plásticos están hechos con materiales que tienen memoria y, por lo general, retoman en cierta medida su forma.
Posteriormente, se intenta hacer pasar una bola de acero calibrada por el conducto. Si se atasca, significa que la deformación es excesiva y la prueba es negativa. No debe haber desintegración ni grietas que permitan la penetración de luz o de agua entre el interior y el exterior.
Concretamente, el tubo TPC no se debe deformar ni perforar en exceso.
En conclusión, todas estas pruebas permiten garantizar un nivel de calidad elevado para estos productos básicos. Solo hay que lamentar, gracias al uso de productos con certificación NF, unos pocos problemas de implementación vinculados al producto. Por otra parte, indicar el uso de productos NF o de otra marca de calidad en su pliego de condiciones garantiza unas obras sin preocupaciones.
YF
